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Reformando nuestra casa. Parte 2: una serie de catastróficas desdichas



En el post del 23 de julio, Reformando nuestra casa. Parte 1: sangre, sudor y lágrimas ver enlace en una ventana nueva, dejaba el relato en el momento en que todo el escombro estaba agrupadito con vistas a deshacernos de él. Continúo desde ese punto...


Un señor nos prestó los tubos y otro señor vino con su camión para ir tirando en él el escombro.


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El señor del camión puso pegas a la hora de sacar la grúa para así poder subir los tubos, así que hubo que subirlos a fuerza. Se les pusieron una cuerda y el señor iba encanjándolos a medida que mi suegro y yo tirábamos de ellos para arriba. No repitan ustedes la experiencia: ¡pesan lo que no está en los escritos!


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Al llegar arriba con los tubos, tuvimos la mala pata que el primero de todos (el de la foto siguiente) se dio la vuelta y se soltó de la cuerda, haciendo caer todos los demás. Afortunadamente el señor lo vio venir y pudo apartarse a tiempo. Cabe citar que me torcí un poco la rodilla al hacer un movimiento brusco al intentar sujetar el tubo, pero al ver que le venían encima los tubos y lo que le pudo pasar... cómo para quejarme de esta tontería.


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Se volvió a poner la cuerda y se aseguró de que esta vez no nos pasara lo mismo y procedimos de nuevo mi suegro y yo a ir subiendo los dichosos tubos. No conseguimos que quedaran bien porque en el exterior de la ventana teníamos una jardinera y las fuerzas ya no nos daban para más. Sujetamos como pudimos la cosa y nos preparamos para tirar el escombro aunque la posición en que quedaba la boca del tubo (un poco alejado de la ventana) era un tanto incomoda.

Llevaríamos tres cuartos de hora tirando escombro y parecía que no avanzábamos nada... y además en ese punto se quedaron atascados los tubos. Mi suegro bajó para desatascarlos y poder continuar. Yo me quedé arriba y en un momento dado de curiosidad, estando yo asomado a la ventana viendo cómo avanzaba la cosa, los tubos cedieron y debido al peso, aplastaron la jardinera contra la pared, quedando de esa manera mi mano derecha aprisionada...


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Yo grité de dolor y mi suegro corrió hacia arriba. Mientras subía desde la calle al tercero (la verdad es que fue rápido como un rayo, ¡no sé cómo no se mató bajándose a lo loco del camión!), a mí me empezó a chorrear sangre por el guante que tenía puesto.


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Mi suegro hizo palanca con el palo de la maza que tenía en las manos (la que alabé en la primera parte) y con gran esfuerzo quedó un poco de holgura por donde saqué la mano (en las baldosas se pueden apreciar restos de sangre).


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Yo creo que fue ya en el momento en que se me quedó la mano aprisionada, pero hay quien afirma que fue cuando saqué la mano por el espacio que quedó, el caso es que cuando me saqué el ensangrentado guante pude comprobar que tenía el dedo pulgar destrozado. A partir de ese momento las cosas se sucedieron deprisa... me hicieron una primera cura en un centro de salud, y luego para urgencias de un hospital. Allá me pasé todo el día porque también es mala suerte que estaban colapsados. En urgencias intentaron coserme pero dado que soy hipertenso, sangraba lo que no estaba en los escritos, así que me dijeron que tendría que esperar quirófano. A las nueve de la noche, tras no haber probado bocado en todo el día (empezamos de buena mañana a trabajar y yo no había desayunado, así que sobrevivía con la cena del día anterior), al fin entré en quirófano e hicieron lo que tuvieron que hacer (según el parte de baja: amputación parcial del dedo).


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Cada X tiempo tengo que ir a hacerme la cura, momento en que lo paso fatal, pero obviamente no voy a dejar de hacerlas, claro.


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Yo no les conté nada a mis padres, ni a nadie de mi familia, quería que lo supieran cuando ya fueran mejor las cosas porque las punzadas de dolor por momentos eran muy fuertes y las 'drogas' (yo llamo así a los calmantes y demás cosas que tenía que tomar) llegó un momento en que no parecían hacerme efecto.


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Ahora que ya se lo he contado y lo ha podido ver mi familia, es cuando he añadido esta segunda parte (la tercera será cuando ya lo tenga muy o totalmente recuperado el dedo, y mi famila haya visto cómo me ha quedado, supongo que hasta mediados de septiembre no lo postearé).


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La fase en que estoy de recuperación es la de tener que sacarme la venda y lavarme el dedo, luego ponerme una nueva venda. Este tipo de venda es muy sencilla de poner y quitar, es autoadhesiva pero -ojo- no se pega al dedo. Según reza en la caja de este tipo de venda Rapidex: 'venda cohesiva, rasgable y elástica. Porosa'. Para la cantidad que es, la verdad es que resulta cara de narices, y aún encima no se encuentra fácilmente en las farmacias, de hecho yo tuve que comprarla en una ortopedia.


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¿Y de la casa qué? Pues bien, yo marché al hospital y acá se quedó mi suegro tirando el escombro, y fue ayudado por un conocido y el propio señor del camión (que había vuelto de ir a tomarse algo mientras esperaba que tirásemos todo, es decir, no supo lo que había pasado). El caso es que finalmente sí pudieron poner apoyos para la grúa y subieron correctamente los tubos, dejándolos en una posición fantástica para tirar el escombro cómoda y fácilmente. Luego con el paso de los días sólo quedaron las labores de limpieza (el propio día del incidente mi suegra se puso a ello) y de relleno de los huecos del suelo con cemento (obra de mi suegro); yo estas labores no las realicé (no sé si podría porque nisiquiera me permitieron intentarlo). También se han añadido un par de muebles y electrodomésticos, y poco a poco se añadirán más cosas (a ver cuándo mi mano me permite hacer algún esfuerzo).


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1 comentarios:

Anónimo dijo...

hey edi, estoy viendo blogs que no pude ver porque estaba en el norte, me imagino como fue el accidente, besos

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